Víctor Hugo Bravo /Chile


Coda abyecta (Sobre el Crepitar de los Insectos)

Lo viscoso, lo crudo, lo abyecto, lo violento se dan cita en la escenografía perversa que prepara Víctor Hugo Bravo ante nosotros. Si hace ya más de siglo y medio, Rimbaud repudió a la belleza sentada en sus rodillas, Víctor Hugo Bravo ahora la tira directamente al suelo y le apunta con un arma.

En la serie de retratos superpuestos "El crepitar de los insectos", último de los trabajos del artista, encontramos superposiciones de rostros que se adhieren en carne viva a otros rostros anónimos o personajes de ficción conocidos, muchos de ellos cruentos. Solapamientos de semblantes y fisionomías que llevan a una deformación monstruosa, haciendo coincidir gestos y líneas que se desencajan hasta llegar a lo abyecto. Imágenes deformes que se desdoblan como sus protagonistas. Mitad hombre, mitad bestia. Un flujo sangriento de historias que quedan en un catálogo siniestro y alimentan nuestra iconografía imaginaria más virulenta.

Mediante estos montajes, que parecen ser piezas de archivo o de laboratorio, juegos visuales que llegan a la monstruosidad. Retratos que se tornan, paradójicamente, más reales en la ficción de sus superposiciones. Capas de fisionomía que ahondan en lo psíquico. Muecas que se encubren y falsean para dar un aspecto que ya no nos habla de la apariencia externa, sino de la interna. El rostro, aquel que nos define y nos hace únicos, aquí se vuelve uno, en la acumulación de varios mediante la libre manipulación del artista en búsqueda obsesiva de lugares comunes, de coincidencias en arrugas, dientes, cuencas de ojos, mandíbulas desencajadas; una búsqueda de lo grotesco que se apelmaza y se fusiona viscosamente. Retratos psicológicos despojados de aura que se sumergen en las tinieblas del ser humano. Cabría preguntarse si el visionado por separado llegaría a ser más agradable.

Ambición, sadismo, desbordamientos y una larga lista de perturbaciones mentales que aquí Víctor Hugo Bravo nos presenta en negro a través de lo más definitorio del ser: su rostro. De nuevo, el negro. Pero ya no como color de luto o de lo siniestro. Ahora hablamos también de raza, de origen. El trato despectivo, incluso peyorativo que se traslada a la historia real y a una lamentable actualidad de discriminación y empoderamiento ante lo que nunca perteneció al ser humano: el sí mismo. Pues él no puede poseer a otro, pero su gran ambición es conseguirlo. Locuras, obsesiones, depravaciones que están a la orden del día.

El retrato fotográfico como una historia de la memoria. Pero una historia en la que ya nadie sonríe y, si lo hace, provoca escalofríos. La ficción para explicar eso que resulta inexplicable, que el hombre a sí mismo no puede traducir, pues es una lengua que procede de su misma naturaleza, esa que se sitúa en el lado más oscuro y que es tan nuestra. Resulta tan difícil mirarla a la cara. Una memoria que se solapa, que deja cabos sueltos en nuestra conciencia pero que aquí Víctor Hugo Bravo se encarga de zurcir con un grueso y tosco hilo, de pegar y despegar sin miramientos, hasta dejar esos rostros desgarrados de violencia, comidos por la violencia. La memoria alterada que recuerda y no olvida, que huye y se queda ante nosotros petrificada, mirando fijamente e interrogando sobre la bestialidad que inunda cada día ante nuestra pasiva mirada.

Tiempos que corren.

El lado más salvaje de la vida...

Hey, honey, take a walk on the wild side...

Inés R. Artola

Varsovia, 2021


El Crepitar de los Insectos. LIBRO NEGRO I, Infierno. 2020 - 2023 . Serie de rostros construidos digitalmente con registros tomados desde la web. La serie se compone de 1200 imágenes.

Víctor Hugo Bravo (Santiago, Chile 1966)

Artista visual, curador independiente y docente, obtiene el título de Comunicación Visual en Artes Plásticas con mención en Pintura en el Instituto de Arte Contemporáneo en 1992.

Realiza seminario de pintura con José Balmes y Gracia Barrios.

Desde 1999 dirige los Talleres Caja Negra Artes Visuales.

Actualmente desarrolla el proyecto NOmade Bienal en conjunto al crítico, teórico y curador ecuatoriano Hernán Pacurucu.

Vive y trabaja en Santiago de Chile.

Residencias artísticas en Colombia, Brasil, Alemania, Chile, Argentina, Polonia, El Líbano y Ecuador.

Ha participado en más de 170 exposiciones colectivas y varias individuales, presentadas en importantes Museos y Centros de arte contemporáneo en Chile y el extranjero, donde destacan el Museo Nacional de Bellas Artes de Santiago de Chile, Museo de Arte Contemporáneo de Chile, Centro de Arte Contemporáneo Laznia, Gdansk, Polonia, Museo de Arte Moderno, Cuenca, Ecuador, MMAM. Centro Cultural Palacio la Moneda, Centro Cultural de España, Goethe Institut, Galería Metropolitana, Matucana 100, Santiago. Museo de la Solidaridad Salvador Allende, Museo de Arte Moderno de Castro, Chiloé, Museo de Arte Contemporáneo de Valdivia, Museo de Artes Visuales, MAVI, Museo Antropológico y de Arte Contemporáneo de Guayaquil, MAAC, Ecuador. Centro Cultural Metropolitano de Quito, Ecuador. Museo de Arte Moderno de Sao Pablo MAM, Brasil. Galería 98weeks en Beirut, Líbano. Galería Wschodnia en Lodz Polonia, Kunsthaus Tacheles, Berlín, Alemania. Centro Colombo Hispano, Madrid, España. Centro de proyectos Universidad Complutense de Madrid. Museo Nahim Isaías, Guayaquil, Ecuador. Espacio de investigación y arte contemporáneo Kottinspektionen, Upsala, Suecia. Museo de Antropología y Lojanidad, Loja, Ecuador, Museo Histórico de Placilla, Chile entre otros.

Participó en la 19th Asian Art Biennale, Bangladesh, 22th Bienal del Cairo, Egipto, X Bienal Mercosur, Brasil, Thessaloniki Biennale of Contemporary Art, Grecia y Bienal de Arte Valparaíso, II Bienal de performance, deformes, Santiago, Chile. II Bienal de Arte Joven en Chile, Iª Trienal de Performance, Santiago. Ha obtenido premios como Dirac (Becas gubernamentales para proyectos en el exterior) en 8 oportunidades, premio Fondart (Becas de creación y trayectoria), Alcatel al artista del año, Beca amigos del arte en 2 oportunidades, premio Matisse del Museo Nacional de Bellas Artes, Fondos de Cultura de Bogotá, Colombia. Ha sido jurado de Fondart, premio Altazor, Arte en Vivo, Salón Apech, Salón de Julio en Guayaquil, Salón de Grafica Contemporánea, Guayaquil, Ecuador.

Paralelamente ha desarrollado un importante trabajo curatorial, con más de 70 proyectos realizados en Chile, Brasil, Suecia, España, Alemania, Polonia, Ecuador, Colombia y Argentina.

Ha publicado textos de obra, temas sobre arte contemporáneo, publicaciones sobre performance, textos para catálogos y entrevistas. Ha participado en la edición de 10 libros sobre proyectos de arte contemporáneo en Chile y el extranjero.

Su trabajo en curaduría y gestión cultural independiente lo ha llevado a generar una gran plataforma activa de proyectos artísticos a nivel internacional, estableciendo redes y nodos de producción que involucra artistas, teóricos, curadores, gestores independientes, ediciones y publicaciones de libros, exposiciones y seminarios sobre arte actual, residencias móviles, instalando rutas de trabajo autónomo al margen de las instituciones establecidas.